Mi visita a la casa de Santa Rosa de Lima :
martes, 4 de septiembre de 2012
lunes, 3 de septiembre de 2012
Los milagros y obras de Santa Rosa de Lima
Los milagros y obras de Santa Rosa de Lima
- Santa Rosa de Lima tenía la imagen de un Niño
Dios, a quien llamaba "El Doctorcito" y al que le pedía las curaciones
de sus enfermos; este Niño le dijo un día: "Rosa de Santa María, sé mi
esposa", es así como realizó su matrimonio místico, por eso ella llevaba
un aro con esta inscripción.
- Se le atribuyen maravillosas y extraordinarias curaciones y otros
muchos milagros pedidos a Cristo por su intermedio. Así se refiere que
cuando incursionó por el Callao el pirata Spigbert, Santa Rosa convocó a
los habitantes de Lima, en el atrio de Santo Domingo, para proteger el
santísimo; y gracias a sus oraciones logró que se retirase sin atacar el
Callao ni la capital virreinal, pese a que se hallaban prácticamente
indefensos.
-Se le atribuye el haber logrado domesticar ciertos mosquitos que revoloteaban al rededor de ella mientras rezaba sus oraciones.
-La madre de Santa Rosa de Lima cuidaba un gallito , cierto día el gallito enfermo y la madre dijo :
_Si no mejora ; habrá que matarlo para comerlo guisado .
En ese momento Santa Rosa le dijo al gallito acariciandolo :
_Pollito mío; canta de prisa ;pues si no te guisan.
Y el gallo soltó un gran :
_¡Quiquiriquí!
Biografía de Santa Rosa de Lima
Biografia de Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú .En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives, en la cuenca del Chillón, cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata.Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios.Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, labró una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia.El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separan la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.
Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú .En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives, en la cuenca del Chillón, cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata.Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios.Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, labró una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia.El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separan la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.
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