Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú .En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives, en la cuenca del Chillón, cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata.Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios.Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, labró una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia.El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separan la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Biografía de Santa Rosa de Lima
Biografia de Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú .En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives, en la cuenca del Chillón, cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata.Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios.Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, labró una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia.El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separan la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.
Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú .En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives, en la cuenca del Chillón, cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata.Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios.Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, labró una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia.El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separan la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario